El
18 de junio de 1966 organizó su primera velada artística en el ya
desaparecido Cine Carrillo el grupo de teatro Juan Baño (Tejuba) de las
Torres de Cotillas, el más veterano de la Región formado por actores
aficionados –y uno de los más antiguos de España–. Y más de 45 años son
los que lleva ya esta compañía demostrando que «el cariño y el amor por
el teatro» es lo único importante.
«El consejo que se puede dar a
alguien que quiera poner en marcha un grupo así es que de verdad le
guste, que le apasione, porque es algo que conlleva mucho sacrificio y
si no se tiene amor por lo que se hace...», declara Joaquín Cantero, el
director de Tejuba desde 1989, aunque pertenecía al grupo desde el
principio.
«Es una cosa muy esclava y te quita mucho tiempo»,
confirma Carmen Sandoval, quien también está en Tejuba desde su
fundación –empezó con solo 12 años–. Ahora está feliz junto a su
«familia» teatral y explica que, a pesar de todo, es una experiencia
«que enriquece muchísimo y que te permite conocer a gente fabulosa con
la que puedes contar para todo. Es algo que te alegra la vida», afirma.
Cantero
y Sandoval fueron dos de esos 'locos' –de los que quedan unos cuantos–
que un día, con el objetivo de recaudar fondos para la recién creada
Cofradía del Cristo Crucificado, montaron un grupo de teatro que ha
sobrevivido a lo largo de las décadas, a pesar de crisis y de un cambio
de director; quizá el momento más complicado de su historia.
Juan
Baño, ya fallecido, fue el encargado de dirigirlo durante más de 20
años, y su sucesor explica que todos le recuerdan con mucho cariño. Él
logró inculcarles «el amor por el teatro», a pesar de que fueron unos
años difíciles en lo que todo lo tenían que hacer los miembros de la
compañía –ahora reciben una pequeña subvención del Ayuntamiento–:
«Traíamos las cosas de nuestras casas, hasta las sábanas para hacer
cortinas, y había gente por ejemplo que no sabía leer y repetíamos las
frases hasta que se las aprendían... Hemos pasado mucho y hemos cambiado
mucho también».
«Nos ha pasado de todo»
«En estos años nos ha
pasado de todo en el escenario», asegura Joaquín Cantero, y recuerda
cuando, en una de las representaciones de El prendimiento, empujaron con
tanta fuerza a Jesús que se cayó del escenario. «Ahora –añade– si a
alguien le pasa algo o se olvida del texto el público ni se da cuenta,
tienen tablas».
Y con una pierna escayolada salió por ejemplo al
escenario Fernando Abad, quien ahora da vida a Don Mendo en la obra de
Muñoz Seca. Este director de una empresa de publicidad también confiesa
tener «la droga del teatro metida» en el cuerpo; y la ilusión le hace
seguir adelante –y van ya 25 años– a pesar de que «en invierno da una
pereza que te mueres ir por la noche a ensayar».
Siempre tratan de
elegir obras con muchos personajes, con la finalidad de que salga el
mayor número posible de miembros del grupo –formado por 30 o 35
aficionados–, y apunta Cantero que suelen apostar por el teatro clásico y
más por las comedias, «porque es lo que más gusta y escuchar las
carcajadas del público es la mayor recompensa».
La tercera
palabra, de Casona, una obra que se representó por primera vez en el
Festival de San Javier de 1975 y que se ha recuperado en varias
ocasiones es una de las que más ha marcado la trayectoria de Tejuba,
además de La casa de Bernarda Alba, la última que dirigió Baño y que
también se ha puesto en escena varias veces.
Para Carmen Sandoval, Bernarda es
uno de los personajes más importantes a los que ha dado vida, aunque
también recuerda con cariño, entre otros, a una de las tías de La
tercera palabra. «Todos son muy bonicos, aunque a mí me gusta más lo
serio porque encaja mejor con mi físico; yo soy poco cómica», relata
esta mujer que siempre tuvo la ilusión de hacer de Virgen María –«pero
nunca me tocó», dice riendo– y que asegura que si ahora, después de
Bernarda, le dan un papel con cuatro frases lo hace «tan contenta».
Abad,
por su parte, prefiere la comedia. «En el fondo, si te dicen que si
prefieres hacer reír o llorar todos diríamos que reír, ¿no?», declara el
actor que dio via al protagonista de La tercera palabra y que ahora
está feliz con Don Mendo. «Hacer este papel era el sueño de mi vida,
cuando me lo dieron ya me sabía la mitad del texto... La gente me dice
que se nota que me lo paso bien, y el público también se ríe mucho, que
es lo que muchos necesitan con la crisis».
Homenaje a Lorca y a Machado
La
venganza de Don Mendo la acaban de representar en El Palmar y el 17 de
marzo se verá en Moratalla. Y después, entre los proyectos de Tejuba,
está un recital de textos de Lorca, que realizarán el 25 de marzo para
celebrar el Día del Teatro, un homenaje a Machado y a Campos de Castilla
en abril, por el Día del libro, y ya están empezando a preparar las
representaciones de Un drama de Calderón y Llama a un inspector.
Y
para Tejuba no puede faltar tampoco la representación anual del Auto de
los Reyes Magos, todo un clásico en las Torres de Cotillas, para cuyos
vecinos asegura el director que trabajan siempre. «Desde el primer
momento las obras que hacemos son para aquí, nunca hemos tenido
pretensiones de llevarlas fuera, aunque ahora es verdad que estamos
saliendo más y hemos participado en varios concursos»; el último, el de
Cehegín, donde su Don Mendo acaba de salir triunfante con tres premios
que confirman que Tejuba es mucho más que un grupo de aficionados.